Mi nombre es Isadora Ortiz, tengo 31 años, y hasta hace 10 meses y medio me creía saludable.
Mi mamá siempre ha sido muy enferma (epilepsia visceral, colon irritable, inicio de Parkinson y diabetes, jaquecas del terror, hipertensión, hígado graso, 3 infartos, al borde de la cirrosis medicamentosa y pancreatitis entre otras). Cuando me enteré de la alimentación cetogénica la comencé a implementar en mi, con la intención de que mi mamá lo viera y se motivara a probarla, y sin darme cuenta fui yo la que empecé a sanar de cosas que ya tenía muy naturalizadas.
Desde que tengo recuerdo había sufrido de jaquecas terribles, que más de una vez me dejaron en el hospital, me podían llegar a durar tres días, con vómitos incluidos, el dolor era tan fuerte que hubieron ocasiones en que pegarme en la cabeza ayudaba a aliviar el dolor. Desde aproximadamente los 10 años que fui regularmente al neurólogo y me hice muchísimos exámenes, probamos distintos medicamentos, pero absolutamente nada me ayudaba. Ya con 30 años, tomaba diariamente 2 paracetamol y un ibuprofeno (por lo bajo, a veces me terminaba la caja entera en un solo día).
Aproximadamente a los 15, me empecé a desmayar en todos lados, mi sensación era siempre de fatiga, a pesar de haber comido hace 30 minutos. También fui a muchos médicos, inicialmente me diagnosticaron hipoglucemias, y me obligaron a comer cada tres horas. A pesar de que disminuyó la cantidad de desmayos, no se me pasó. Finalmente me diagnosticaron síndrome de disautonomia, no había cura, solo debía comer seguido, tomar mucha agua y acostarme en el piso si me fatigaba.
Aproximadamente a los 24 años, comencé con problemas de colon irritable, también acabé en la clínica un par de veces, me hinchaba horrible, llegué a pasar 15 días sin poder ir al baño y con mucho dolor de colon, no me podía ni enderezar.
A los 29 años me diagnosticaron hipersomnia maligna, nunca entendí a que iba lo de maligno, pero sonaba muy mal, me dormía en todos lados, en ese momento trabajaba en un colegio, y me llegué a quedar dormida en el comedor rodeada de 900 estudiantes (muy ruidosos por lo demás), me dormía parada, mientras comía, una vez me dormí mientras hablaba. Llegué a dormir 27 horas seguidas (después de una siesta de 15 horas, debo haber estado 4 horas despierta y creo que exagero). Como a la gente le encanta opinar, me decían que comiera chocolates para subir el azúcar de mi cuerpo, que me hacía sentido, pensando en que me habían diagnosticado hipoglucemia antes, el resultado fue que llegue casi a los 90 kilos. Me recetaron pastillas (Mentix), pero su efecto solo duraba 4 horas en mi. Cuando el neurólogo me dijo que era momento de pasar a anfetaminas me asusté mucho, y dejé de asistir, estaba de vacaciones y solo dormí todo el tiempo que quise.
Se que todo eso suena a mucho, pero para mi era mi día a día, para mi así era la vida, y teniendo una mamá muy enferma, la verdad pensaba que lo mío era nada, y me pasaba si me quejaba.
Finalmente a los 30 años habiendo iniciado este estilo alimenticio lowcarb pensando en mi mamá, me di cuenta que una a una, todas estas cosas fueron desapareciendo, y recién cuando me empecé a sentir bien, fui consciente de lo mal que estaba antes.
Llevo 10 meses y medio comiendo de esta manera, ya no me desmayo, no me duermo, no me han dado ataques al colon, no me dan jaquecas (bueno si me han dado jaquecas, pero solo cuando he comido cosas que no debo), y como plus, he bajado 22 kilos, que ni en mis sueños pensé que bajaría.
amor para ti…que bueno es cuando «se despierta» y se empieza una nueva vida…
abrazos con el corazón abierto para ti…
Muchas gracias, ha sido un cambio positivo en todos los aspectos.
Fascinante tu historia, te felicito y se que lo tuyo es verdadero, ya que yo en menos de tres meses revertir mi fibromialgia y muchas patologías
Felicidades!!!!
Sorprendente tu historia gran cambió de vida